jueves, 19 de noviembre de 2015

La compulsión convertida en adicción

LA COMPULSIÓN CONVERTIDA EN ADICCIÓN

Es otro de los subtemas del tema Espacio/Tiempo desarrollados dentro de la obra de Zygmunt Bauman “La modernidad liquida”.
Con respecto a este subtema  >La compulsión convertida en adicción< Bauman dice que:
Buscar ejemplos, consejo y guía es una adicción: cuanto más se hace y tanto más se necesita, más desdichada se siente la persona si se priva de la droga indispensable. Es muy importante además mencionar, que buscan esta como medio de satisfacción.



   "Pero algo que se debe de tener en cuenta es que todas las drogas son autodestructivas".


Es importante resaltar que los ejemplos y recetas para lograr una buena vida y los accesorios necesarios para ese logro solo son atractivos mientras no se les someta a prueba, esto porque casi ninguno provoca la satisfacción que se espera, incluso si alguno funciona de la manera esperada la satisfacción que produce es de corta duración, ya que, en el mundo de los consumidores es imposible agotar la cantidad de objetivos seductores, además de que también tienen fecha de vencimiento, pero la mayoría dejan de ser utilizados antes de esta fecha, ya que, a veces estos son disminuidos, devaluados y despojados de sus atractivos por la competencia de ofertas nuevas y mejores. 


La competencia de ofertas nuevas y             
mejores aumenta cada día.




La satisfacción que nos pueden dar las cosas que compramos suele ser mínima, puesto que solo son atractivos antes de comprarlos.


En la carrera del consumo, la línea de llegada siempre se desplaza más rápido que el consumidor más veloz, y la mayoría de los participantes en esta no pueden correr rápido es por esto, que como en el maratón anual de Londres, se puede admirar y elogiar a los ganadores, pero sin abandonar la carrera. Así que seguir corriendo se convierte en la verdadera adicción, el deseo se convierte en su propio objetivo, un objetivo único e incuestionable.

Video 1: Muestra como el consumidor no puede alcanzar la línea de llegada de los productos nuevos y mejores.  Y cómo sin darse cuenta daña a las demás personas incluso a la naturaleza por su adicción. Adicción que como todas autodestruyen.

Es de mucha importancia tener en cuenta que el arquetipo de la carrera que corre cada miembro de la sociedad de consumidores es la actividad de comprar. Y seguiremos en esta carrera mientras compremos, además de que si “ir de compras” significa examinar el conjunto de posibilidades, tocar, palpar, sopesar, comparar sus costos con el contenido de la billetera, cargar algunos en el carrito y regresar otros al anaquel, entonces compramos tanto fuera de los negocios como dentro, compramos en el trabajo y en el ocio, despiertos y en sueños.


El código que determina nuestra política de vida deriva de la praxis de ir de compras. 

Además de que, ir de compras no solo se refiere a ir a comprar comida, zapatos, autos o el mobiliario, si no, que el deseo fuerte de tener o conseguir algo es una búsqueda interminable de nuevos y mejores ejemplos y recetas de vida y es está otra variedad de salida de compras.

  
No obstante el consumismo de hoy no tiene como objeto satisfacer solo las necesidades básicas, sino que se basa solo en el deseo y capricho de satisfacer una vaga necesidad. 

Y por cierto con esto se demuestra que es muy cierto lo que dice Parenti Michael: “nuestra felicidad depende de la competencia personal, pero somos personalmente incompetentes”. Con la cual expresa que hay demasiadas áreas en las que tendríamos que ser competentes y que cada una de ellas tiene una “salida de compras”. Por ejemplo:
  • ·        Salir a comprar la capacitación necesaria para ganarnos la vida y los medios de convencer a los potenciales empleadores de que contamos con esa capacidad.
  • ·        Comprar la clase de imagen que nos convendría usar y el modo de hacer creer a los otros que somos lo que usamos.
  • ·       Comprar maneras de conseguir los nuevos amigos que deseamos y de librarnos de los que ya no deseamos.

En fin la lista de compras no tiene fin, sin embargo por larga que sea, no incluye la opción de no salir de compras.

Y la competencia más necesaria en nuestro mundo de objetivos infinitos es la de comprador diestro e incansable. 

Para los productores y comercializadores de productos de consumo el consumismo actual, como lo expresa Ferguson: “no se basa en la regulación del estímulo, sino en la liberación de las fantasías y anhelos”. 

La historia del consumismo es además, la ruptura de los sucesivos obstáculos “solidos” que limitaban el libre curso de la fantasía y reducían el “principio del placer” por el “principio de la realidad”. La necesidad considerada por los economistas del siglo XIX la “solidez” permanente, fue descartada y reemplazada por el deseo que era mucho más “fluido” y expandible. Ahora al deseo le toca el turno de ser desechado, puesto que ha dejado de ser útil, ya que, llevo la adicción del consumidor a su estado actual. Se necesita un estimulante más poderoso para mantener la demanda del consumidor en el mismo nivel de la oferta. El “anhelo” es ese remplazo indispensable, puesto que, completa la liberación del “principio del placer”, eliminando y desechando los últimos residuos de los impedimentos del “principio de la realidad”. Citando una vez más a Ferguson: “(…) la facilitación del deseo se basa en la comparación, la vanidad, la envidia y la “necesidad” de autoaprobación (…)”.

La compra es casual, inesperada y espontánea. Tiene una cualidad de sueño, expresa y satisface el anhelo que como todos los anhelos es insincero y pueril.

2 comentarios :

  1. Siempre he dicho que todos los extremos son son malos y lo mejor es llevar una linea media, para evitar este tipo de comportamientos tóxicos que lo único que hacen es quitarnos la paz y la tranquilidad de nuestras vidas.

    Saludos,
    Centro de rehabilitacion

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