Modernidad liquida de Bauman

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La compra como rito de exorcismo.

Por Ricardo Roque García y Jaime Agustín González Rojas.

Los vínculos humanos en un mundo fluido.

Por Lupita Camacho y Karen Campos.

Cuando los extraños se encuentran con extraños

Por Gibrán Alberto Villena López y María Clara Sierra Villgómez.

Divididos, compramos.

Por Gómez Garnica Karla y González Lozada Wendolin.

Libres para comprar... o así parece.

Por Tomás Ledesma De La Torre y Ana Karen Pérez Hernández

La seductora levedad del ser.

Por Miriam del Pueblito Martínez Sánchez y Jorge Daniel López Moreno.

De la modernidad pesada a la modernidad liviana.

Por Lorelei Ugalde y David Martínez

No hables con extraños.

Por Echevarría Nieves Yazmín Yareli y Romero Sánchez Erendira.

Las bendiciones a medias de la libertad.

Por Alejandra Sanches Sánchez Isassi y Victor De La Fuente Andrade.

El cuerpo del consumidor.

Por Saldaña García Carlo Orlando y Torres Saavedra Norma Angélica

Modernidad como historia del tiempo.

por Christopher Vallejo Jaramillo.

El capitalismo: pesado y ligero..

Por Abel Rodríguez Montes.

viernes, 27 de noviembre de 2015

El capitalismo: pesado y ligero.






Individualidad.

Por Abel Rodríguez Montes.

Las predicciones sobre los horrores que nos depararía el destino si no se lo detenía antes de que fuera demasiado tarde han sido causa de una controversia de hace cincuenta años entre “el mundo feliz” de Aldous Huxley que relataba un mundo lleno de opulencia y libertinaje, sus personajes eran despreocupados y retozones y en “1984” de George Orwell, que describía un mundo degradado, carente y necesitado y los personajes que lo habitan son temerosos y tristes.

 Aunque estos dos mundos eran una dicotomía tenían algo que unía ambas visiones y era que los habitantes de estos mundos viven bajo un control total y la libertad personal no existía, de hecho ofendía las personas que ya estaban entrenadas para cumplir con órdenes y seguir una rutina prefijada por un grupo que tenía en sus manos todo el poder, el resto de seres humanos eran solo títeres y en las manos del grupo en el poder están los hilos.  En un mudo divido como ya un tiempo atrás Carlos Marx lo había dicho pero de otra forma, entre manipuladores y manipulados, entre planificadores y los que cumplen esos planes, un mundo en el que es inimaginable otra alternativa.
Orwell y Huxley concebían un mismo futuro para el mundo, la única diferencia era el camino para llegar a este destino, destino que estamos viviendo hoy en día, como estos dos visionarios lo habrían dicho en el futuro de sus mundos, donde todos somos ignorantes, obtusos o indolentes y permitimos que las cosas sigan su “rumbo natural”. La  tragedia del mundo era seguir obstinada e incontrolablemente un futuro en el que los poderosos se vuelven más poderosos y los pobres se vuelven más débiles y los hombre y mujeres quedan sin decisión sobre sus propias vidas como actualmente sucede y frecuentemente no lo queremos ver de esa manera, el sistema capitalista que en vez de educarnos busca quitarnos el juicio propio por medio de la represión y los medios de comunicación. Tal como Sócrates y Platón no podían ver un mundo fuese bueno o malo, sin esclavos, Huxley y Orwell no podían ver un mundo sin jefes que determinaran el parlamento y el rol de cada uno, en el que si alguien improvisaba ese parlamento es despedido de esta empresa o encerrado en calabozos.


El capitalismo: pesado y ligero.


Nigel Thrift hubiera archivado los relatos de Huxley y Orwell bajo la línea del “discurso de Josué” comparándolo con el “discurso del génesis”, además dice Thrift que los discursos son metalenguajes que enseñan a las personas a vivir como personas, el mundo de Josué está organizado por fronteras impenetrables y el orden aquí significa monotonía, repetición y hechos predecibles, los eventos que en este mundo suceden tienen más probabilidad de ocurrir que sus contrarios (lo que llamamos conductas o fenómenos antisociales) que son casi directamente descartados, en el mundo de Josué todo tiene un propósito pero que está bajo el orden impuesto, ahí no hay lugar para actos inútiles y los que son útiles no se consideran como un propósito, para ser reconocido debe servir a la conservación de ese orden, este orden no requiere de legitimación porque tiene un propósito propio, simplemente es y no puede dejar de existir, ahí es donde entra Dios y su creación divina.
Como ya había descubierto Carlos Marx las ideas de las clases que tienen el poder son las ideas dominantes por lo menos durante doscientos años que los patrones de las empresas capitalistas separaron lo racional de lo irracional, lo sensato de lo insensato y que había alguien que determinaba y limitaba la trayectoria de la vida humana.
Hasta hace poco el discurso de Josué era dominante pero ahora el discurso del génesis prevalece cada vez más.
El mundo que respaldaba el discurso de Josué era el modelo de un mundo fordista que era un modelo de acumulación de industrialización y de regulación, que se alzaba a la dominación de toda la experiencia vital, el fordismo fue la autoconciencia de la sociedad moderna en su fase “pesada y voluminosa”, en esa etapa el capital, la dirección y el trabajo permanecieron muy unidos, casi atados por la combinación de enormes fábricas, maquinaria pesada, y fuerza laboral masiva, el capitalismo pesado estaba obsesionado con la masa y el tamaño y por ese motivo con la idea de sus fronteras, de hacerlas impenetrables, el genio de Henry Ford se encargó de descubrir la manera de mantener a todos los defensores industriales detrás de sus muros, de una manera muy ingeniosa, aumentar el salario de sus obreros al doble por lo que evitaba que los obreros rompieran sus cadenas, estas cadenas que les impedían la movilidad de su lugar de trabajo eran las cadenas que mantenían vivo el fordismo, en esta etapa pesada el capital estaba tan fijo a un lugar como sus trabajadores que contrataba, de esta manera mantenía a la empresa capitalista y la mantenía quitando como Huxley y Orwell lo habían escrito; sin la decisión sobre la propia vida ni las construcciones de un juicio propio.
En la actualidad, el capital viaja liviano con el equipaje de mano, con un simple portafolio, con un teléfono celular y una computadora, por otra parte el trabajo sigue inmovilizado como en el pasado, pero el lugar al que antes estaba fijo perdió su solidez.

La diferencia entre el capitalismo pesado y el liviano es que el capitalismo pesado a pesar de ser una fuerza destinada a la acumulación y regulación adquiere reglas establecidas y que se podían protestar ante quien llevara el cargo de la empresa o el barco del capitalismo pesado, mientras que en el liviano no existen reglas establecidas para los que están dentro del capitalismo liviano.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Modernidad como historia del tiempo.



                       
     
Modernidad líquida
Modernidad como historia del tiempo

Christopher Vallejo Jaramillo
01/11/2015

 

Introducción 
En el presente trabajo se hablara sobre La modernidad como historia del tiempo, tomando como referencia el libro “Modernidad Liquida” del autor Zygmund Bauman.
Zygmunt Bauman (1925) Filósofo y Sociólogo polaco  es un autor que  analiza entre otras cosas el movimiento obrero inglés, movimientos sociales y sus conflictos, modernidad, etc. Sus obras de principios de los 90 analizan las relaciones entre modernidad, la burocracia, la racionalidad imperante y la racionalidad social.
En su obra Modernidad Liquida utiliza FLUIDEZ- LIQUIDEZ, como metáfora para definir el continuo cambio social, para explicar en muchos sentidos la historia de la modernidad. La modernidad líquida es una metáfora que pretende explicar “lo que dura” y “lo que se conserva en el tiempo” (como por ejemplo capitalismo industrial)  La “fluidez” es utilizada como una metáfora regente de la etapa actual de la era moderna (los fluidos no se fijan en el espacio ni se atan en el tiempo- no se conserva una forma durante mucho tiempo y están constantemente dispuestos a cambiarla; lo que cuenta es el flujo del tiempo más que el espacio que puedan ocupar.)


Reseña
Bauman a través de la metáfora de la liquidez intenta dar cuenta de la precariedad de los vínculos humanos en la sociedad individualista y privatizada, marcado por el carácter transitorio y volátil de las relaciones. Bauman explica cuáles son los atributos de la sociedad capitalista que han permanecido en el tiempo y cuales han cambiado, describiendo las tensiones de las relaciones sociales, el autor expresaba que la modernidad fue el principio de un proceso de licuefacción, pensaba que cambiar aspectos solidos (fijos/sin cambios) a líquidos (inestables) de la sociedad llevan al cambio y a la modernidad.
Nos plantea también que el tiempo moderno se ha convertido primordialmente en la conquista del espacio, en la lucha moderna entre el tiempo y el espacio, el espacio era el aspecto sólido capaz de entablar una guerra de trincheras. En la modernidad la velocidad del movimiento y el acceso a los medios de movilidad más rápido ascendieron hasta llegar a ser el instrumento de poder y dominación. Bauman hace referencia a la metáfora de Foucault respecto al poder: la facilidad de movimiento de los guardias era garantía de dominación, el dominio del tiempo era el secreto de poder de los jefes, y tanto el movimiento de los subordinados en el espacio como la negación del derecho de moverse, como las principales estrategias del poder.
Según Bauman la historia del tiempo comenzó con la modernidad. El tiempo se ha convertido en el problema del hardware, que los humanos eran capaces de inventar, construir, usar y controlar, no del inflexible software indiferentes a la manipulación humana.




El tiempo era diferente del espacio porque, a diferencia del espacio podía ser alterado y manipulado; convertido en un factor disruptivo. Es el cónyuge dinámico de la pareja espacio tiempo.
La relación entre tiempo y espacio era mutable no predeterminada e invariable. La conquista del espacio llego a significar la creación de máquinas más rápidas. Los movimientos acelerados significaban espacios más grandes y acelerar los movimientos era la única manera de agrandar el espacio. El espacio era el valor, era afilar la herramienta

Conclusión.
Me he dado cuenta cómo es que lo que nos plantea Bauman es muy cierto, puesto que la sociedad es muy susceptible a cambios y estos se logran con una gran “fluidez” como él lo mencionaba. También es claro como el hombre a través del tiempo se ha ocupado demasiado en la dominación del tiempo y del espacio para mantener el control y ejercer el poder, ya que día con día se trabajan por ejemplo, en la creación de medios de transporte más rápidos para poder movilizarnos de manera más rápida, y en cuanto a la dominación del espacio está muy claro en el derecho a la propiedad privada, al establecer límites de una zona es establecer el límite de tu dominio, es dejar en claro que del limite hacia dentro uno ejerce el poder y el control.

Bibliografía

Bauman, Zygmunt (2003). Modernidad liquida. México, DF: Fondo de Cultura Económica.

La compra como rito de exorcismo.


Análisis de “la compra como rito de exorcismo”,
 modernidad liquida de Bauman.
Por Ricardo Roque García y Jaime Agustín González Rojas.


         










El análisis se realizara entorno a la realidad, para poder tener una visualización más profunda y crítica sobre el entorno, por medio de los principios expuestos por el autor mencionado.

Para Bauman existen varios temores que acosan a las personas con relación a su cuerpo, están obsesionados por estar en forma y tener una buena salud. Estas actitudes son impulsadas por las mismas sociedades. Esta sociedad que tiene una ideología de consumo, donde todas las acciones que se emprenden en esta sociedad de consumo van referente a su cuerpo. La actitud del cuerpo es una fortaleza asediada, ya que nos lleva a más consumo de comida especializada para tener una buena salud, como también el uso de equipo e instrumentos que nos ayudan a estar en forma, cosas que solo el mercado de consumo nos puede proporcionar cada vez esto nos lleva a la adicción de comprar y comprar cosas para tener una buena imagen y sentir esa aceptación social.

Las compras compulsivas manifiestan la tendencia a la adición de comprar como una manifestación emboscada de latentes instintos materialista o como un producto de la conspiración comercial, es decir, de la incitación artificial a perseguir el placer como principal objetivo de vida. Por otra parte es que la compulsión a comprar  convertida en adicción  es una lucha contra la incertidumbre y contra el embrutecedor sentimiento de inseguridad.

Los consumidores están corriendo detrás de sensaciones placenteras como también tras el deleite de objetos exhibidos en los supermercados o en las vidrieras de las tiendas. Pero también tratan de salir de esta angustia causada por la inseguridad que la misma sociedad les genera ese temor de ser rechazados. La compra compulsiva o adictiva es siempre un ritual diurno destinado a exorcizar la horrenda aparición de incertidumbre y la inseguridad que acosa al comprador. Exorcizar  los demonios interiores  exige una actitud positiva y mucha acción. Mientras el arte del exorcismo, los espectros no serán invencibles. Y en la sociedad de consumidores individuales, todo debe hacerse individualmente, por uno mismo. ¿Qué otra cosa aparte de salir de compras, satisface el requisito de hacerlo por uno mismo?

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Bibliografía.


Bauman, Zygmunt (2003). Modernidad liquida. México D.F: Fondo de Cultura Económica.

Los vínculos humanos en un mundo fluido

Los vínculos humanos en un mundo fluido
por Lupita Camacho y Karen Campos 


Vínculos líquidos


Zygmunt Bauman nos habla de una modernidad líquida como una metáfora a algo cada día menos estable, en la actualidad vivimos en una sociedad que no cuenta con la solidez que se tenía anteriormente, vivimos en un mundo de consumismo, en el que todo se prefabrica para ser desechable: los trabajos, los objetos, las personas y por lo tanto cualquier tipo de vínculo o relación entre ellos. La diferencia entre un vínculo y un objeto, señala Bauman es:


“Rara vez se detendrán lo suficiente como para darse cuenta de que los vínculos humanos no son como las partes de motor: no suelen venir prefabricados, tienden a desintegrarse con rapidez si se los mantiene herméticamente cerrados y no son fácilmente reemplazables cuando ya no sirven”. (2004, pág. 173)

Bauman nos hace referencia a la falta de solidez de los vínculos humanos como uno de los problemas más importantes en nuestra sociedad.




Los vínculos de pareja


Los vínculos de pareja se ven afectadas debido a que vivimos en una sociedad de consumo y eso lleva a las personas a ver a los demás solamente como mercancía.
Mediante a la cosificación de las personas se están perdiendo los lazos, y los que había ahora se están destruyendo, debido a la facilidad con lo que se puede hacer ahora, por ejemplo la frase de “hasta que la muerte los separe” es muy difícil que se cumpla debido a que la pareja se vuelve una mercancía, deja de satisfacer necesidades a largo plazo y solamente es utilizado para satisfacer sus deseos de corto plazo, es ahí donde la frase “enamorarse y desenamorarse se puede notar la diferencia entre amor y deseo. 
El amor debe participar para la construcción debido a que si no es así se puede diluir, por ejemplo en una relación normalmente las pocas que duran son las que poco a poco se van construyendo, mientras que los noviazgos que van muy rápido, lo único que hacen es cosificar a la pareja y únicamente utilizarla para sus deseos. En los vínculos actuales se puede desechar a las personas tal como cuando compras una y otra cosa. Es por eso que ahora las personas les da miedo estar en una relación que dure porque lo ven como una inversión, y le temen al riesgo y eso les ocasiona nerviosismo e inseguridad de lo que pase después.
Ahora hay muchas parejas que se conocen mediante la tecnología, redes sociales por ejemplo y entablan lazos los cuales son muy fáciles de disolver con simplemente presionar un botón, a este tipo de vínculos Bauman la llama: de conexión, y el matrimonio está “pasado de moda.
Los vínculos de bolsillo en las que solamente se usan las personas por deseo sin que exista ningún lazo emocional, por ejemplo las personas dedicadas al servicio sexual, solo establecen vínculos de bolsillo.
No se quiere tener una relación duradera debido a que se teme el tener que depender de la otra persona.




Vínculos de amistad


Los vínculos de amistad se ven afectadas debido a todo lo virtual que ya hay.
Es difícil que alguien te ofrezca una amistad real, inclusive es difícil que hasta los vecinos te acepten bien, mientras que en las redes sociales en que alguien te acepte es muy fácil. Al igual que en las demás vínculos las personas son cosificadas y únicamente se ven como algo de lo cual se puede sacar algún provecho mostrándonos cómo el temor a establecer lazos más duraderos sigue ahí, ese miedo a que la persona con la que establezcan el lazo las abandone, o en algún momento se dependa de ella.
Se huye también de entablar lazos fuertes por no querer establecer un compromiso, no se crea un buen lazo de amistad debido al compromiso que requiere y que no se quiere entablar porque llegan nuevas oportunidades que les agradan más.


Vínculos familiares


El contacto con nuestro núcleo primario (mamá, papá, hermanos/as) es de los primeros vínculos de carácter afectivo que tenemos en nuestra vida, de la educación y los valores que aprendamos de ellos dependerá en cómo desarrollemos nuestros propios vínculos cuando llegue la adultez. La educación en general depende de muchos factores de los cuales destaca la cultura y la temporalidad en la que nos estamos desarrollando, el problema radica en esta sociedad, en este momento.
Zygmunt Bauman nos explica en su libro “Modernidad líquida” cómo ha ido cambiando la sociedad para convertirse en líquido, cómo todo de un momento a otro se hace desechable y eso lo podemos ver desde la educación, desde el consumismo que vivimos en los hogares en el presente: las madres prefieren ponerle a los bebés la televisión, o a sus niños darles celulares o tabletas con la finalidad de que se entretengan y no molesten o no interfieran con sus actividades, las cenas familiares no son más que televisión, Facebook y WhatsApp. Cuando un hijo pide ayuda de su madre o padre para hacer las tareas que se le piden en la escuela la madre o padre al estar viendo el fútbol/novelas le piden al niño que lo busque en Internet, es lógico están cansados de tanto trabajar todo el día para tratar
de trabajar en un empleo que no es estable cosa que afecta también a la estabilidad familiar. Los vínculos familiares con el paso del tiempo (y con la ayuda de nuevas tecnologías y cambios en la sociedad) se han ido deteriorando hasta tal grado que hay familias en las que los hijos ni siquiera conocen a sus primos ni a sus tíos, no saben de dónde vienen y eso dificulta a la larga que puedan convivir con más personas y establezcan vínculos fuertes porque ya no se les da ese ejemplo.



Conclusiones.

Podemos verificar como la teoría de Bauman sigue vigente en cuanto a los vínculos humanos en general, como se van deteriorando por diversos factores entre los cuales se encuentra el cambio social y por lo tanto cultural y de qué manera nos afectan y nos preocupan, porque queremos vínculos estables sin arriesgar nada, queriendo que la otra persona sea la que sacrifique todo por nosotros, queriendo amigos sinceros cuando nosotros no nos molestamos en serlo porque tenemos miedo a salir lastimados, a quedar mal, a arriesgar todo y solemos crear una barrera hermética en la cual no dejamos que nadie entre por lo que no nos permitimos establecer vínculo alguno, al menos no cara a cara, ya que solemos buscar esos vínculos en redes sociales, la cuestión sería preguntarnos si la modernidad líquida llego a nosotros o si nosotros la creamos.


Bibliografía.

Bauman, Zygmunt (2003). Modernidad líquida. México D.F: Fondo de Cultura Económica.

Cuando los extraños se encuentran con extraños Por Gibrán Alberto Villena López y María Clara Sierra Villgómez

                    


A continuación se hablará acerca del tema “Cuando los extraños se encuentran con extraños” en el que se hará una breve explicación sobre el comportamiento de las personas al encontrarse con extraños, cuáles son sus expectativas acerca de estos encuentros, y la naturaleza social de estos fenómenos para después abordar dos tipos de lugares públicos que a Bauman le pareció pertinente hablar en su obra y que son lugares que podemos ver en la actualidad, lugares que carecen de civilidad.
     
                                                                

Según Richard Sennett (1978) la ciudad es un “asentamiento humano en el que los humanos tienen probabilidades de conocerse”. Sin embargo Bauman agrega que no es que la relación entre estos extraños cambie, sino que comienzan como extraños y después de este fortuito encuentro siguen siendo extraños, no es como encontrarse a tu padre, tu madre, un amigo de la infancia, etc., más bien es un desencuentro. No es que se encuentre a ese extraño y se retome el encuentro pasado, no hablan de sus sentimientos y mucho menos de los sentimientos de sus conocidos, ni siquiera existen experiencias o recuerdos en los cuales basarse y continuar. Por lo general es un acontecimiento sin pasado y sin futuro, el cual se evita para no tener que volverse a ver, es un breve momento en el que se aprovecha el máximo de ese encuentro tratando de no postergarlo y no dejarlo para otra ocasión. “En el momento del encuentro no hay tiempo para ensayo y error, ni aprendizaje a partir de los errores, ni esperanza alguna de tener otra oportunidad” Bauman (2003).



Sin embargo para poder acoplarse a estas exigencias, es necesaria una habilidad a la que se le denomina civilidad, la cual según Sennett protege a las personas y permite que las personas disfruten de esa compañía, es como ponerse una máscara con la que se protege de los sentimientos, las situaciones de poder, pero sobre todo de proteger a los demás de la carga de uno mismo; esta condición debe ser recíproca para no interferir con asuntos ajenos y sobre todo para que esta generosidad sea aplicada de igual forma con uno. La civilidad por lo tanto no puede ser individual, es una característica del entorno social.   
La práctica de la civilidad necesita de espacios en los cuales las personas puedan actuar como “personæ publica” según Bauman, sin que se le obligue a quitarse la máscara y revelar información más profunda mostrando un compromiso para no relacionarse con otros para estar solos y dejar solos a los demás. En las ciudades se encuentran dos categorías de espacios públicos que distan mucho de los modelos ideales del espacio civil.
 
1.     Bauman pone el ejemplo de La Défense como la primera categoría de lugares públicos urbanos, sin embargo para nada civil. Es un desierto urbano que inspira respeto pero no la permanencia en el lugar, los fantásticos edificios se imponen en ese paisaje, sin embargo están ahí para ser admirados, no para que las personas entren en ellos, revestidos de cristal espejado mantienen un anonimato e impenetrabilidad inexorables, haciendo que quien las mire se sienta como aquella construcción. No hay árboles ni bancos, a excepción de unos que se encuentran sobre una plataforma y que sólo sirven para que las personas se sienten a tratar aspectos importantes. La única concurrencia de personas en este lugar es a las horas en las que llega el tren y las personas se disponen a subir o a bajar y trasladarse a sus destinos.     
 

2.     La segunda  categoría según Bauman tampoco es civil y está destinada a hacer consumidoras a las personas. Según Liisa Uusitalo (1998) “Los consumidores suelen compartir los espacios físicos de consumo como salas de concierto o exhibición, sitios turísticos, de actividad deportiva, shoppings y cafeterías sin mantener un tipo de interacción social.” Estos actores al participar en una misma actividad instan a la acción y no a la interacción, ya que si se hace esta última distraen mental y físicamente a los consumidores de sus tareas, por esto Bauman afirma que no hay una colectividad en estos lugares, a pesar de estar llenos de gente. En estos lugares los encuentros tienes que ser muy breves, en estos lugares hay orden para que el enfoque del consumidor no sea desviado; las personas no se reúnen a platicar, ellos mismos son su mejor compañía.

¿Crees que estos lugares han sido producto de necesidades que se han presentado o es que nosotros ya no somos tanto ese ser social? ¿Reconoces algún lugar parecido a los que se hablaron anteriormente? ¿Consideras que esta situación favorece a las personas en la actualidad? Millones de preguntas pueden surgir a la mente del lector, sin embargo cierto es que las relaciones sociales ya no son las mismas que hace tiempo y no solo lo vemos en nosotros si no en las construcciones que nos rodean.

Este último vídeo nos ayudara un poco más a entender el como Bauman veía a esta modernidad líquida. 



Bauman, Zygmunt. (2003). Espacio/tiempo. en Modernidad líquida (102 - 106 p). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Divididos, compramos.

“Divididos, compramos”
Por Gómez Garnica Karla y González Lozada Wendolin

En el siguiente escrito se analiza la visión de Bauman referente a “Divididos, compramos” tema perteneciente a su libro “Sociedad Liquida”.

Este tema habla sobre la tendencia que las personas han tomado respecto a considerar  la vida como una salida de compra y venta, donde aspectos materiales o inmateriales son sometidos a un juicio de valor consumista.
                                  
Actualmente las personas han dejado de pensar en lo que en verdad significa satisfacer sus necesidades básicas y biologías, se han dejado llevar por el consumismo. Un ejemplo de esto como su sólido (estar en libre albedrío) ha pasado a ser  un líquido (debido a estar sometidos al mercantilismo, comercio y publicidad).

La clase de libertad que una sociedad “consumista” ha brindado a otros individuos  es el ofrecimiento de múltiples opciones para consumo y que desarrolla en el individuo cierta capacidad de tratar decisiones vitales como simples opciones de consumo. Se tiende a considerar a la vida como un depósito de productos que hemos consumido, pero desechado debido a que la satisfacción tiende a agotarse y perderse.
                                                           
Las personas consideran que estar en completa libertad es salir de  compras, derrochar dinero  y dando a profusión las ofertas que son las que llevan a sentir placer, satisfacción  y de cierta manera a proteger su persona y sus relaciones.
Tener recursos significa tener libertad de elegir, pero se debe aceptar y soportar consecuencias desagradables de una mala decisión, cuando al seleccionar a una persona cualquiera para conformar el entorno de otra, en algunas ocasiones se llega a tomar medidas drásticas como cambiar de identidad o delimitar vínculos con todo lo que complementaba una personalidad, como ocasionar inseguridad.

El sexo plástico, el amor confluente y las relaciones puras son consecuencias o efectos secundarios de la libertad que poseemos a elegir, son aspectos consumistas en relaciones de pareja reflejados a esta tendencia de elegir libremente.

En conclusión, salir de compras y caer en el consumismo son empleados como instrumentos que expresan la redistribución de la libertad, las personas para ser aceptadas suelen dejarse llevar por deseos propios o por la influencia externa que reciben, duran poco tiempo y que solo llaman la atención porque son relacionadas con deseos, placeres y sensaciones seductoras, que cuando no se cumplen llegan a generar conflictos.

Bauman considera que las necesidades que alguna vez fueron “solidas” ahora se han vuelto “liquidas” debido a que la libertad que goza un individuo ha influido en nosotros creando consecuencias que implican en gastos innecesarios, lo que antes se consideraba como valioso, ahora ha perdido valor total.
Debido a esto lo sólido se ha hecho cada vez más volátil.

Bibliografía.

Bauman, Zygmunt (2003). Modernidad líquida. México D.F: Fondo de Cultura Económica.