“Divididos,
compramos”
Por
Gómez Garnica Karla y González Lozada Wendolin
En
el siguiente escrito se analiza la visión de Bauman referente a “Divididos,
compramos” tema perteneciente a su libro “Sociedad Liquida”.
Este
tema habla sobre la tendencia que las personas han tomado respecto a
considerar la vida como una salida de
compra y venta, donde aspectos materiales o inmateriales son sometidos a un
juicio de valor consumista.
Actualmente las personas han dejado de pensar en lo que
en verdad significa satisfacer sus necesidades básicas y biologías, se han
dejado llevar por el consumismo. Un ejemplo de esto como su sólido (estar en
libre albedrío) ha pasado a ser un
líquido (debido a estar sometidos al mercantilismo, comercio y publicidad).
La clase de libertad que una sociedad “consumista” ha
brindado a otros individuos es el
ofrecimiento de múltiples opciones para consumo y que desarrolla en el
individuo cierta capacidad de tratar decisiones vitales como simples opciones
de consumo. Se tiende a considerar a la vida como un depósito de productos que
hemos consumido, pero desechado debido a que la satisfacción tiende a agotarse
y perderse.
Las personas consideran que estar en completa libertad es
salir de compras, derrochar dinero y dando a profusión las ofertas que son las
que llevan a sentir placer, satisfacción y de cierta manera a proteger su persona y sus
relaciones.
Tener recursos significa tener libertad de elegir, pero
se debe aceptar y soportar consecuencias desagradables de una mala decisión,
cuando al seleccionar a una persona cualquiera para conformar el entorno de
otra, en algunas ocasiones se llega a tomar medidas drásticas como cambiar de
identidad o delimitar vínculos con todo lo que complementaba una personalidad,
como ocasionar inseguridad.
El sexo plástico, el amor confluente y las relaciones
puras son consecuencias o efectos secundarios de la libertad que poseemos a
elegir, son aspectos consumistas en relaciones de pareja reflejados a esta tendencia
de elegir libremente.
En conclusión, salir de compras y caer en el consumismo
son empleados como instrumentos que expresan la redistribución de la libertad,
las personas para ser
aceptadas suelen dejarse llevar por deseos propios o por la influencia externa
que reciben, duran poco tiempo y que
solo llaman la atención porque son relacionadas con deseos, placeres y
sensaciones seductoras, que cuando no se cumplen llegan a generar conflictos.
Bauman considera que las necesidades que
alguna vez fueron “solidas” ahora se han vuelto “liquidas” debido a que la
libertad que goza un individuo ha influido en nosotros creando consecuencias
que implican en gastos innecesarios, lo que antes se consideraba como valioso,
ahora ha perdido valor total.
Debido a esto lo sólido se ha hecho cada
vez más volátil.
Bibliografía.
Bauman, Zygmunt (2003). Modernidad líquida. México D.F:
Fondo de Cultura Económica.




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